La gran mentira del Fracking
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Si usted quiere saber que tan
malo es el proyecto de los Estados Unidos para la venta de gas natural
"fracking" a los mercados extranjeros, viaje a unos 100 kilómetros de
la Casa Blanca, a un lugar llamado Cove Point en el sur de Maryland.
ESTADOS UNIDOS.- Allí, justo
en la bahía de Chesapeake, el gobierno del presidente Barak Obama quiere dar su
aprobación por la vía rápida a una instalación industrial que costaría $ 3.8
mil millones de dólares para licuar el gas de esquisto y enviarlo por un ducto
a través de los montes Apalaches. La nueva planta, propuesta por Dominion
Resources con sede en Virginia,
se pretende construir justo entre un bosque estatal muy codiciado y un tramo de
comunidades costeras, muy cerca de un puñado de campos de béisbol infantiles
ubicados en la misma calle. Justo aquí, Dominion quiere construir una planta de
energía propia a gran escala (de 130 megavatios), sólo para alimentar la
demanda de energía del proceso de licuefacción
del "gas
fracking".
La instalación en su conjunto
sería para enfriar el gas extraído de los pozos de fracking de lugares tan
lejanos como Nueva York, a una temperatura de 260 grados bajo cero para que
pueda ser vertida en enormes buques cisterna (que irían escoltados por la
Guardia Costera debido a los riesgos de terrorismo), que luego viajan a más de
6.000 millas a la India y Japón. ¿Esto no le parece suficiente?, pues hay más:
La planta de Cove Point en Maryland,
es sólo una de más de 20 de estas plantas de licuefacción ya propuestas pero
aún no construidas a lo largo de las costas de los Estados Unidos. Buscan ser
punta de lanza de la emergente política energética de EE.UU., apoyando el auge
de perforación por fracturación hidráulica, o "fracking", que está
causando polémicas en todo el país. Pero, al igual que el oleoducto de petróleo
de arenas bituminosas "Keystone XL" y la propuesta de exportación de
carbón a través de las nuevas terminales en el noroeste del Pacífico, este plan
de gas licuado es malo en casi todos los sentidos. En pocas palabras, este gas
tiene que quedarse bajo el suelo. Si se desentierra y se exporta, se dañará
directamente a casi toda la economía de EE.UU., y al mismo tiempo se agrava el
calentamiento global.¿qué tanto afectará? Imagínese añadir el equivalente de
más de 100 plantas de carbón al "tubo de escape" de la contaminación de EE.UU., o la puesta en
circulación de 78 millones de coches más en nuestras carreteras. Sí, dicen los
defensores, pero con este gas se podría reemplazar una gran cantidad de carbón
que se usa
en el extranjero. Y tendrían razón. El único problema es que estaríamos
sustituyendo ese carbón con emisiones agregadas al "ciclo de vida"
del gas, que son casi ciertamente peor que las del carbón, así como la creación
de un nuevo daño para la atmósfera global. Irónicamente, un nuevo informe sobre
el aumento del nivel del
mar recientemente ordenado por el gobernador de Maryland,
Martin O'Malley, muestra que el cambio climático podría pronto acabar con la
península del
mismo Cove Point. El mismo terreno ubicado al lado de la instalación propuesta
por Dominion, el faro encalado, los caminos del
condado, las casas y el bosques pronto podrían inundarse si el mundo continúa
quemando petróleo, carbón y gas natural al ritmo actual, según el informe de Maryland. Las
"verdades incómodas" sobre el gas licuado también llegan por
diferentes vías al Departamento de Energía de EE.UU. y la Agencia de Protección
Ambiental; en el aspecto económico, un estudio encargado por el Departamento de
Estado (DOE) el año pasado, encontró que la exportación de gas EE.UU.
aumentaría el precio del
combustible a nivel interno: Es la oferta y la demanda básica. Más compradores
en el extranjero harán subir nuestro precio interno hasta en un 27 por ciento,
según el Departamento de Energía. Y ese aumento reducirá los ingresos de
prácticamente todos los sectores de la economía de EE.UU., desde la agricultura
hasta la manufactura a los servicios de transporte. No es de estrañar que
industrias gigantes como Dow y Alcoa que se resisten a esta emergente política
de exportación de gas, sean parte de una coalición llamada "Ventaja
energética de los Estados Unidos" para hacer retroceder la iniciativa del
gobierno federal. El DOE "reveló" que sólo un sector económico gana
con las exportaciones de gas. Adivine usted: ¡la industria del gas! Esta área de especial interés
ganará cientos de miles de millones de dólares en ganancias; el DOE ahora
básicamente argumenta que compensará las afectaciones a terceros creando un
perverso y pequeño repunte en el PIB de la nación. Si usted es un agricultor o
jornalero, mala suerte. Las ganancias de Dominion en Cove Point son más
importantes que las vidas de los estadounidenses promedio. Los cálculos de
exportación de gas crecen de manera más irreal cuando se toma en cuenta el
cambio climático. La industria bombardea al público con anuncios que dicen que
el gas natural es 50 por ciento más limpio que el carbón. Pero la afirmación es
totalmente falsa. El gas es más limpio solamente en el punto de combustión. Si
se calcula la contaminación por gases de efecto invernadero emitidos en cada
etapa del
proceso de producción, perforación, distribución por ductos, y la licuefacción
es esencialmente sólo carbón con otro nombre. De hecho, el metano (el
ingrediente clave en el gas natural) que constantemente e inevitablemente se
escapa de los pozos y oleoductos es 84 veces más poderoso para atrapar el calor
en la atmósfera que el CO2 durante un período de 20 años, según el Grupo Intergubernamental
de Expertos sobre el Cambio Climático. Vía politico.com Traducido del inglés
por César Angulo